Las actividades económicas y productivas tienen efectos en la sociedad y en el medio ambiente. Por ello, en la actualidad, muchas compañías las gestionan con una perspectiva orientada a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). Entienden que el impacto que generen debe garantizar el bienestar de las personas y del entorno en el que estas se desarrollan.
En este contexto, la minería tiene un gran potencial de contribución a partir de fomentar el crecimiento económico facilitando las oportunidades de empleo digno, el desarrollo empresarial, el incremento de los ingresos fiscales y el establecimiento de infraestructuras y nuevas tecnologías para mejorar la producción y la calidad de vida de las personas, con especial foco en las cadenas de valor y las comunidades aledañas a los proyectos. También mediante la inversión social y programas en beneficio de los derechos humanos, la inclusión y las buenas prácticas.